REINA DEL MONTE CARMELO

sábado, 31 de marzo de 2012

LA SANTA FAZ

HISTORIA DE LA SANTA FAZ PINTADA POR CELINE MARTIN, HERMANA DE SANTA TERESA DE LISIEUX Esta imagen sindónica no es una más. Estamos, probablemente, ante el primer acercamiento pictórico al cliché obtenido en 1898 por Secondo Pía. Más tarde vendrían otros (Reffo, Aggemian, Ranieri, Brunner, Miñarro…) más familiares para nuestros lectores. Pero hoy vamos a conocer la historia de esta “Santa Faz”, obra sublime que debemos nada menos que a Celine Martin, hermana de Santa Teresa de Lisieux. Sor María de San Pedro fue una monja carmelita descalza del Convento de Tours (Francia) mundialmente conocida en el siglo XIX como apóstol de la devoción a la Santa Faz tras las visiones que tuvo en noviembre de 1846. Luis Martin, padre de Celine y Teresa de Lisieux, leía asiduamente la vida de esta mística y de todos era conocido su deseo de peregrinar algún día hasta el Convento de Tours, cosa que pudo hacer Celine en mayo de 1890. Según consta documentalmente, el 26 de abril de 1885 toda la familia se inscribió en la Archicofradía de la Santa Faz de Tours (Luis Martín con el número 7.378; Celine, con el 7.381; y Teresita, de doce años, con el 7382). Una de las reglas de la Archicofradía consistía en recitar frecuentemente la jaculatoria “¡Señor, mostradnos Vuestro Rostro y seremos salvos!” Es evidente que esta espiritualidad de honrar de forma especial el Rostro de Cristo arraigó en el corazón de ambas niñas, quienes terminarían adoptando el nombre “de la Santa Faz” como apellido espiritual tras sus respectivas profesiones religiosas: Santa Teresa se llamaría “del Niño Jesús y de Su Santa Faz” desde junio de 1889 y Celine es conocida en religión como Sor Genoveva de Santa Teresa y la Santa Faz. La santa de Lisieux, tal y como nos dejó patente en sus escritos [1], especialmente en sus poesías místicas y en sus oraciones, experimentaba una tierna adoración por el Rostro de Jesús. Sin embargo, falleció víctima de la tuberculosis ocho meses antes de que se tomase la primera fotografía a la Síndone y el mundo descubriese la cara del Hombre de la Sábana en el negativo fotográfico revelado por Pía. Es comprensible que Celine, que había estudiado pintura y fotografía y era la autora de las imágenes que de su hermana Teresa han pasado a la posteridad[2], se quedase muy impresionada no sólo por la belleza de la foto tomada por Pía, sino por descubrir que, inexplicablemente, la Síndone se comportaba como un cliché. La peripecia que ocupa nuestro artículo fue hábilmente relatada por el P. Fernando de Santa Inés en su obra “La Santa Faz”, y nos parece adecuado cederle a él la palabra para conocerla de primera mano: “El Sudario de Turín abre a la investigación de los estudiosos, por las fotografías de Pía, nuevos e insospechados horizontes. (…) En 1902, por derroteros desconocidos y providenciales, llegó al monasterio carmelitano de Lisieux una de las fotografías de la Santa Síndone sacadas por Segundo Pía en la exposición de mayo de 1898. Le tocó, en venturosa suerte, a la Hermana Genoveva de Santa Teresa y de la Santa Faz, la antigua Celine de los Buissonnets [3]; y desde el primer instante aquel Rostro de la Síndone –que parece levantarse majestuoso, como un sol, sobre veinte siglos de olvido- extasió e hirió de amor el corazón de su dueña. Así, dos años; hasta que en la Pascua de 1904, en una noche de primavera en la atmósfera y de inspiración en la fantasía, Celine sintió la irresistible inspiración de pintar el Rostro del Señor. Tomó pues, el lápiz, después de invocar fervorosamente el patrocinio de Santa Teresita, y, casi milagrosamente, en lo que la nota de un laúd hiere nuestro oído y se pierde en el espacio, había terminado su labor. La Faz de Sor Genoveva –trazada primero al carboncillo- as artística, veraz y sumamente expresiva. (…) En el lapso de medio siglo [4], la Santa Faz de Lisieux ha dado ya varias veces y triunfalmente la vuelta a toda la Tierra. Pero antes iniciar su gira internacional, el Santo Rostro arribó al Vaticano, en donde Pío X, hoy gloriosamente Beato [5], luego de adorarle e indulgenciarle, le auguró una festiva acogida familiar y un éxito mundial. (…) Pío X se sintió emocionado al verlo, y lo besó repetidas veces. (…) “Querido Padre (dijo el Papa al sacerdote que le había hecho llegar el cuadro por petición de Sor Genoveva), ¡cuán hermoso es este cuadro!…” Y como el Padre pidiera una bendición para la artista, agregó: “Quiero que le llevéis un recuerdo mío”. Abriendo sus armarios, el Papa busca algo que no puede encontrar… “¡Han desordenado todas mis cajas!”, dice con conmovedora simplicidad. Y dando sus ojos con una medalla de bronce, en la que estaba su retrato en relieve, se la da al Padre para entregársela en su nombre a la pequeña carmelita. Aunque el Padre en cuestión afirma que el Papa buscaba una medalla de plata, Sor Genoveva está toda ella jubilosa con su medalla de bronce. Y con razón, pues como dice nuestra artista: “Yo no presenté mi cuadro en ninguna sala de exposición, mas he aquí que el mismo Santo Padre es el que se ha encargado de condecorarme”. [6] El Cardenal Casimiro Gennari escribirá al abate Eugenio Prévost la siguiente carta fechada el 4 de junio de 1906: “Reverendísimo Señor: He expuesto al Santo Padre, en la audiencia de este día, el proyecto ideado por Vuestra Señoría Reverendísima con miras a la máxima difusión posible de la imagen de la Santa Faz de Nuestro Señor Jesucristo, tal y como el Carmelo de Lisieux ha conseguido diseñarla, con arte inigualable, inspirándose en la verdadera imagen del Santo Sudario. Su Santidad –que acepta y agradece cordialmente el envío de una fotografía de esta Santa Faz- aprueba gustosamente vuestra empresa. A la verdad, no se pueden considerar los rasgos y la expresión de esta adorable figura sin sentirse vivamente emocionado y sin que en el corazón florezcan sentimientos de compasión y amor. Esta imagen puede ser útil a toda clase de personas, ya que se puede considerar como un libro de meditación sobre la Pasión y la muerte de Nuestro Divino Redentor. Por todo esto, confirmando las indulgencias ya concedidas y firmadas de su mano, el Santo Padre declara de nuevo que a todos aquellos que meditaren algunos instantes delante de esta imagen en la Pasión de Nuestro Señor, por este solo hecho, les otorga todas las indulgencias concedidas por los Soberanos Pontífices a la Corona de las cinco Llagas. Igualmente, Su Santidad desea que esta imagen se distribuya por todas partes y que se la venere en todas las familias cristianas, recomendando la propagación de su culto de manera particular a los Reverendísimos Obispos y a todos los eclesiásticos, y bendiciendo muy especialmente a todos aquellos que sean sus propagadores”. [7] La imagen, en fin, obtuvo en marzo de 1909 el Gran Premio en la Exposición Internacional de Arte Religioso de Bois-le-Duc (Países Bajos) y adornó, especialmente durante la primera mitad del siglo XX, buena parte de los oratorios del Planeta. En nuestros días ha sido “rescatada” por Pierre Descouvemont y Helmuth Nils Loose en su monumental obra “Teresa y Lisieux”, donde le dedican varias páginas y aparece magníficamente reproducida.[8] Sor Genoveva (Celine) falleció el 25 de febrero de 1959. El 19 de octubre de 1997 (Día de las Misiones), Juan Pablo II proclamó a Santa Teresa de Lisieux Doctora de la Iglesia. Nota: deseamos mostrar públicamente nuestro agradecimiento al señor Pablo Ferrando al ponernos en la pista de conocer estos hechos y cedernos el material bibliográfico necesario para la elaboración del artículo. Celine pintando Artículo publicado por Andrés Brito en la revista "Línteum" nº 41 sobre Céline y su cuadro ________________________________________ Tratándose de la representación del Rostro de Jesús que puede contemplarse en el negativo fotográfico de la Santa Síndone recomendamos visitar los siguientes sitios: http://www.enciclopediacatolica.com/s/sudariosanto.htm http://www.linteum.com ________________________________________
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sábado, 17 de marzo de 2012

SAN CIRILO DE CONSTANTINOPLA

SAN CIRILO DE CONSTANTINOPLA 6 de marzo SAN CIRILO DE CONSTANTINOPLA, En el suplemento carmelitano del Martirologio Romano se leen en este día: "En Tierra Santa, San Cirilo, confesor de la Orden del Carmelo, quien con su saber y santidad convirtió a numerosos paganos a la fe y gobernó durante veintisiete años su orden, con gran alabanza. Finalmente, en el reinado de los emperadores Felipe y Otón, descansó en el Señor." Este resumen biográfico es muy poco de fiar. Así, por ejemplo, los emperadores Felipe de Suabia y Otón IV (pues de ellos se trata, indudablemente), no fueron colegas en su gobierno, sino que Otón fue el rival y el sucesor de Felipe. Por otra parte, Otón IV murió en 1218 y en ese año el predecesor de Cirilo era todavía prior general de los carmelitas. Será inútil entrar en detalles sobre la fantástica vida de San Cirilo, que se inventó más tarde y puede leerse todavía en las lecciones del Breviaro de los carmelitas. Según dicha biografía, Cirilo era un destacado sacerdote de Constantinopla, que había prestado magníficos servicios a la Iglesia en la controversia con los ortodoxos griegos acerca del "Filioque". El emperador Manuel Comneno le había enviado como embajador ante el Papa Alejandro III. En realidad, todo lo que sabemos sobre San Cirilo es que, hacia el año 1232, fue nombrado prior general de su orden en Palestina, que sólo desempeñó ese cargo durante dos años y que, debido a una increíble confusión de su nombre con los de San Cirilo de Alejandría y San Cirilo de Jerusalén, se le atribuyeron muy posteriormente un hipotético tratado sobre la procedencia del Espíritu Santo, un estudio sobre el desarrollo de la Orden del Carmelo y una profecía muy discutida "transmitida solemnemente del cielo por ministerio de los ángeles a San Cirilo de Constantinopla, el carmelita". Probablemente el primero de dichos escritos no existió nunca y los otros dos eran simples falsificaciones. Sin embargo, a causa de la popularidad que alcanzaron en el siglo XIII los proverbios místicos y proféticos que se atribuían a Joaquín de Flora, el supuesto "Oráculo de San Cirilo", mencionado por primera vez en 1295, jugó un importante papel en la controversia sobre el "Evangelio Eterno" de Joaquín de Flora. Gracias a ello, el nombre de San Cirilo se hizo muy famoso. La confusión con los otros dos Cirilos, que habían vivido 800 ó 900 años antes, llevó a los carmelitas a honrarle como santo y doctor de la Iglesia. Sin embargo, el Martirologio Romano no menciona a este San Cirilo de Constantinopla. El P. Benito Zimmerman hizo investigaciones muy serias y completas sobre San Cirilo. Presentó los resultados de dichas investigaciones, en forma sumaria, en la Catholic Encyclopedia (vol. IV, p. 595) y, en forma más amplia, en Monumenta Historica Carmelitana, pp. 295-311, y en el artículo con que contribuyó a la Bibliotheque Liturgique de U. Chevalier (vol. XIII, pp. 289-291 y 329-332). La biografía imaginaria de San Cirilo puede leerse con cierto detalle en Acta Sanctorum, marzo, vol. l. En las notas del P. Zimmerman se hallarán las referencias bibliográficas de la literatura que existe sobre Joaquín de Flora y el Oráculo de San Cirilo, en particular los artículos del cardenal Ehrle en Archiv für Litteratur und Kirchengeschichte. Publicado por Mariana en 11:21 Enviar por correo electrónicoEscribe un blogCompartir con TwitterCompartir con Facebook
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jueves, 8 de marzo de 2012

Las fundaciones Teresianas

La Reforma de Santa Teresa de Jesús "Tu deseo sea de ver a Dios; tu temor, si le has de perder; tu dolor, que no le gozas, y tu gozo, de lo que te puede llevar allá, y vivirás con gran paz." (Santa Teresa de Jesús) 1. La inspiración divina Las Carmelitas del monasterio de La Encarnación habían decaído mucho de su primitivo fervor a principios del siglo XVI. Observaban la Regla mitigada y su locutorio era una especie de centro de reunión de las damas y caballeros de la ciudad. Por otra parte, las religiosas podían salir de la clausura con el menor pretexto, de suerte que el convento era el sitio ideal para quien deseaba una vida fácil y sin problemas. La comunidad era sumamente numerosa, lo cual era a la vez causa y efecto de relajación. En La Encarnación vivían 140 monjas. Monasterio de La Encarnación Ante este panorama, Santa Teresa de Jesús sintió el llamado divino de fundar un monasterio de mayor austeridad, a ejemplo de las Clarisas Descalzas de Madrid, donde se observase la Regla primitiva. Quiso dar vida a una casa “de haber solas quince...con grandísimo encerramiento, así de nunca salir como de no ver si no han velo delante del rostro, fundadas en oración y mortificación” (Carta del 23.12.1561 a su hermano Lorenzo de Cepeda; y cap. 32 de Vida). Su Reforma buscaba retornar a la vida centrada en Dios con toda sencillez y pobreza, como la de los primeros ermitaños del Monte Carmelo. Ayudada por Doña Guiomar de Ulloa y aconsejada por San Pedro de Alcántara, San Francisco de Borja y San Luis Beltrán, preparó en su ciudad natal la casita que serviría de monasterio, cuya erección autorizó la Penitenciaría Apostólica el 7 de febrero de 1562 con el breve Ex parte vestra. 2. ¿En qué consiste la Reforma de la Santa? Monasterio de San José, Primera Fundación La inauguración del monasterio tuvo lugar el 24 de agosto de 1562. Santa Teresa se unió a las primeras cuatro postulantes en el mes de diciembre. Elegida Priora a comienzos del año siguiente, organizó la nueva vida con una decisiva orientación contemplativa centrada en la oración, entendida ésta como un contacto de amistad con el Amado “que tiene tantos enemigos y tan pocos amigos”; contacto sostenido con la soledad de la clausura estricta, el silencio, la pobreza, la penitencia, el trabajo manual, la abstinencia de carnes y las alegres recreaciones. Santa Teresa no admitió al principio más que a trece religiosas, pero más tarde, en los conventos que no vivían sólo de limosnas sino que poseían rentas, aceptó que hubiese veintiuna. Y todo ello con una clara orientación apostólica: por la Iglesia, por el Papa y por los sacerdotes (Camino 1-3). No se conocen las primeras leyes que regulaban la vida de aquel primer “Palomarcito”, aunque se vislumbran en el reglamento presentado por la Santa en 1567 al Prior General de la Orden, P. Juan Bautista Rubeo, para los Carmelitas Descalzos. El primer texto conocido que recoge el ideal de la Reforma fue Camino de Perfección (1566), donde Santa Teresa expone con claridad su ideal y los medios para vivirlo. Ideó la vida en la Reforma como una búsqueda amorosa de Cristo y de su intimidad con Él en la oración, exigiendo que quien aspirase a la Orden fuera “persona de oración”. No se trataba simplemente de tener mujeres capaces de hacer dos horas diarias de oración mental y de recitar el Oficio Divino, sino de que vivieran juntas manteniéndose continuamente unidas al Señor, en la “soledad mandada por la Regla”, en el trabajo manual a imagen de los pobres y en la penitencia que conforma la voluntad con la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo. El primer texto de Camino de Perfección confirma este ideal: la oración “es el fundamento” de la vida en el monasterio. Además, para que la oración sea verdadera debe ser sostenida con la mortificación, dado que “oración y regalo no se compadece” (Camino 5,2). Siguiendo la Regla, exige el recogimiento en la propia celda, lo cual favorece el silencio y la oración misma. Por otro lado, Santa Teresa apunta a la vida familiar como expresión de la caridad fraterna, donde las pocas religiosas, reunidas como el pequeño “colegio de Cristo”, “todas han de ser amigas, todas se han de amar, todas se han de querer, todas se han de ayudar” (Camino 6,4). 3. La cuestión de las Constituciones Este ideal de la Reforma Teresiana se plasmará en las Constituciones de la Santa, redactadas en vista a las nuevas fundaciones y aprobadas por el General Rubeo en 1568. En 1581 se reunirá en Alcalá de Henares el primer Capítulo Provincial de los Descalzos, constituidos en Provincia independiente con el breve Pia consideratione de Gregorio XIII del 22 de junio de 1580. En dicho Capítulo se promulgaron las Constituciones para las monjas. La Santa había trabajado en estas leyes, pidiendo observaciones a todas sus comunidades; observaciones cribadas por ella misma antes de trasmitírselas al Provincial P. Jerónimo de la Madre de Dios (Gracián), probable autor de la redacción del texto complutense de 1581. Fray Jerónimo de la Madre de Dios (Gracián, 1545-1614) Hijo predilecto de Santa Teresa En 1585 fue elegido Provincial el P. Nicolás de Jesús María (Doria) que intervino la Constituciones de 1581. Santa Teresa ya había fallecido (1582) y el P. Nicolás alteró las leyes dadas por ella y por el Capítulo de Alcalá (1581) sobre el gobierno, confesores, visitas canónicas y elecciones en los monasterios. También suprimió la dedicatoria de las Constituciones a la “Madre Teresa” y la carta introductoria del P. Gracián. Madre Ana de Jesús (1545-1621) Defensora del legado teresiano Tras diversas oposiciones (Ana de Jesús, María de San José, P. Gracián) y conflictos, en 1592 el P. Doria promulga unas nuevas Constituciones, introduciendo todas las normas jurídicas que quiso. Este texto legislativo se impuso en todos los Carmelos y fue la norma de vida hasta 1926, en que se revisaron para adecuarlas al nuevo Código de Derecho Canónico de 1917. La revisión se hizo entonces con extremo cuidado, “por el temor de que fuese alterado el venerado texto que la Santa Madre, inspirada del Cielo, había con tanta precisión compuesto y observado” (Fr. Guillermo de San Alberto, Prepósito General de los Descalzos). 4. Las Fundaciones teresianas "Teresa sin la gracia de Dios es una pobre mujer; con la gracia de Dios, una fuerza; con la gracia de Dios y mucho dinero, una potencia". He aquí la relación de los Carmelos Descalzos fundados por Santa Teresa de Jesús: . San José de Ávila (1562) . Medina del Campo (1567) . Malagón (1568) . Valladolid (1568) . Toledo (1569) . Pastrana (1569), trasladado en 1574 a Segovia . Salamanca (1570) . Alba de Tormes (1571) Tras el trienio en que fue nombrada Priora de La Encarnación: . Segovia (1574) . Beas de Segura (1575) . Sevilla (1575) . Caravaca (1576) Carmelo de Beas de Segura (1575) Tras la suspensión temporal por el conflicto entre Calzados y Descalzos: . Villanueva de la Jara (1580) . Palencia (1580) . Soria (1581) . Granada (1582) . Burgos (1582) . Trabajó en las gestiones para la fundación tan deseada de Madrid que se llevaría a cabo cuatro años después de su muerte, en 1586. 5. Características fundamentales de la Reforma Descalza - Espíritu de continua oración y contemplación: "Todas las que traemos este hábito sagrado del Carmen somos llamadas a la oración y contemplación, porque éste fue nuestro principio." (5 M. 1,3) - Espíritu ermitaño: "El estilo que pretendemos llevar es no sólo de ser monjas sino ermitañas, y así se desasen de todo lo creado." (C. 13,6) - Imitación de María Santísima, Hermana y Señora. - Soledad y silencio: "Nunca haya sala de labor porque no sea ocasión de que estando juntas quebranten el silencio." (Const.) - Trabajo en la presencia de Dios: "No se haga labor curiosa que ocupe el pensamiento para no le tener en el Señor" (Const.); “Coman su pan trabajando en silencio" (Regla); "Ponga mucho en los ejercicios de manos que importa infinitísimo." (Cta. 111,3) - Pobreza absoluta: "Siempre tengan delante la pobreza que profesan para dar en todo el buen olor de ella y miren que no es esto lo que las ha de sustentar (el propio interés) sino la fe y perfección y fiar en sólo Dios." (Const.) - Austeridad. - Penitencia. - Ayuno: Desde la Exaltación de la Santa Cruz (14 de septiembre) hasta el día de la Resurrección del Señor (Regla). - Abstinencia perpetua: Excepto en caso de enfermedad o debilidad, como en el ayuno (Regla). - Obediencia libre y generosa: "En esto de la obediencia es lo que más había de poner y por parecerme que si no la hay es no ser monja, no digo nada de ello" (C. 18.7). "Me dijo el Señor: Hija, la obediencia da fuerzas" (Fund. prólogo). - Desasimiento de todo lo creado. - Verdadera humildad, sencillez y alegría: "Vida es vivir de manera que no se tema la muerte ni todos los sucesos de la vida, y estar con esta ordinaria alegría que ahora todas traéis" (F. 27,12). - Oración por la Iglesia y los sacerdotes: Santa Teresa quiere que sus hijas merezcan con sus virtudes alcanzar una lluvia de gracias para la Santa Iglesia y para que "a los capitanes de este castillo o ciudad, los haga muy aventajados en el camino del Señor, que son los predicadores y teólogos" (Camino 3,2). "Cuando vuestras oraciones y deseos y disciplinas y ayunos no se emplearen en esto que he dicho (en favor de la Iglesia y de la Sagrada Jerarquía) pensad que no hacéis ni cumplís el fin para el que aquí os juntó el Señor" (Camino 3,10). - Vida fraterna fundada en la caridad más perfecta: “Todas han de ser amigas, todas se han de amar, todas se han de querer, todas se han de ayudar” (Camino 6,4). "Si entendieseis lo que nos importa esta virtud no traeríais otro estudio" (5M. 3,10). - Rigurosa y voluntaria clausura: "No se creerá el contento que se recibe en estas fundaciones cuando nos vemos ya con clausura adonde no puede entrar persona seglar: que por mucho que las queramos, no basta para dejar de tener este gran consuelo de vernos a solas con Él sólo" (F. 31,46). - Amor filial a San José: a quien llaman “Ntro. Padre y Señor San José”, confiándole sus necesidades. - Cielo en la tierra: "Esta casa es un Cielo, si lo puede haber en la tierra. Para quien se contenta sólo de contestar a Dios y no hace caso de contento suyo, tiénese muy buena vida: en queriendo algo más se perderá todo, porque no lo puede tener". (C. 13,7) - Número limitado de monjas: Máximo 21.
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