REINA DEL MONTE CARMELO

jueves, 14 de mayo de 2009

16 de mayo San Simón Stock; El Escapulario Carmelitano

De origen inglés, vivió en el siglo XIII y murió en Burdeos. Su nombre llegó a ser muy popular por la oración Flos Carmeli, a él atribuida, y por la visión del escapulario, que desde el siglo XV ha inspirado a muchos artistas. En la orden del Carmelo es venerado por su santidad de vida y por la devoción a la Santísima Virgen, a la que encomendó la orden en la dificultades que encontró a su llegada a Europa desde Palestina, y a la primera difusión del escapulario con la tradicional promesa de la Virgen: «Esto es el privilegio para ti y para los tuyos: el que muera vistiéndolo, se salvará.»



Flor del Carmelo


Viña florida,


esplendor del cielo,


Virgen fecunda, singular.


¡Oh Madre tierna,


intacta de hombre,


a todos tus hijos


proteja tu nombre,


Estrella del Mar!



(Oración del Flos Carmeli)



Los Hnos. de la S.B.V María del Monte Carmelo abandonan su refugio de Tierra Santa y se lanzan a la aventura de evangelización de Europa desde la perspectiva del ideario dejado por los profetas Elías y Eliseo.


Son tiempos difíciles, tiempos de persecución y San Simón utiliza la mejor arma del Carmelita: LA ORACIÓN. Pide la asistencia del cielo para sus hermanos en dificultad, y en medio de esa noche Oscura del Alma, Aparece la Stella Maris con su promesa de salvación.


El Escapulario no es una prenda exclusiva de la Orden Carmelitana, es utilizada por muchas otras Órdenes Monacales. La respuesta al porqué es sencilla. Ese lienzo que Ntra. Stma. Madre Sacraliza en un acto de generosidad hacia la lealtad de unos hombres que la escogieron como Modelo Infalible de Santidad. Es un pequeño mandil que se utiliza principalmente para evitar las manchas del hábito y que servía en las labores de recolección en los trabajos del campo.


Ntra. Madre reconoce con este gesto el trabajo diario, la humildad y austeridad de la vida carmelita como medio de salvación. Todo aquello que dificultaba la edificación carmelitana en una Europa feudal, donde la iglesia estaba sometida al imperio de la nobleza y a sus corruptelas palaciegas, se convierte por gracia divina en norma de exaltación.


Hoy la tradición del Escapulario Carmelitano esta muy extendida dentro del católico laico. Y muchas veces se confunde el escapulario con un talismán o amuleto, pensando que por el mero hecho de imponérselo en un momento de la vida uno ya está SALVADO. Cierto es que Ntra. Madre en un ejercicio de Amor nos dará la oportunidad de rectificar nuestros actos. Pero el Escapulario se lleva en el Alma. Cerca del Corazón. Como un tesoro, un relicario, que esconde la fotografía Espiritual de Ntra. Madre. El hábito Carmelitano es el Habitó de María. La vida del Carmelita es el seguimiento de la Vida de María.


¡Felicidades a todos los que habéis optado por elegir ese modo de existir ¡ Ser discípulos de Cristo en la Imitación de la primera y más venerada Cristiana de la historia de la salvación.