REINA DEL MONTE CARMELO

miércoles, 1 de julio de 2009

Julio Carmelitano

¿ORAR O REZAR?



Si cogemos el diccionario de la Real Academia de la lengua Española nos encontraremos que sobre estos términos se nos dice que son sinónimos. Pero si acudimos al significado del vocablo “sinónimo” nos encontraremos que nos relata que son palabras con significado parecido, que no igual.

Es decir Orar y Rezar no son lo mismo, aunque se utilicen indistintamente para designar una misma acción. De Orar nos dice que es: rogar, pedir, suplicar, hablar en público.

De rezar habla de; decir una oración, recitar, decirse de una cosa escrita.

Para el cristiano orar y rezar tampoco es lo mismo. El que ruega, suplica, pide esta estableciendo una comunicación con Dios. El que repite una oración. O sea algo escrito realiza un ritual con mayor o menor convicción. Para nosotros esta acción implica; fe, y deseo de hablar (comunicar) con Dios. Un deseo de Relacionarse. Un deseo de interactuar. LO PRINCIPAL DE LA ORACIÓN NO ES LO QUE SE DICE SINO EL DESEO DE “CONECTAR” CON DIOS. Es por eso que cuando a Cristo, los discípulos le piden que les enseñe a Orar. Emplea una fórmula sencilla y universal, puesto que refleja todo aquello que los hombres podemos querer comunicar con Dios. EL PADRENUESTRO.

(…Asimismo cuando oráis, no habéis de ser como los hipócritas, que de propósito se ponen a orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres: en verdad os digo, que ya recibieron su recompensa. Tú, al contrario, cuando hubieres de orar, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora en secreto a tu Padre, y tu Padre, que ve lo mas secreto, te premiara en Público. En la oración no afectéis hablar mucho, como hacen los gentiles: que imaginan haber de ser oídos a fuerza de palabras. No queráis imitarlos; que bien sabe vuestro Padre lo que habéis menester, antes de pedírselo.
Ved pues cómo habéis e Orar: Padre nuestro…) (Mt. 5, 5-9)

Hoy en día esta y otras fórmulas magistrales emanadas desde el seno de la Iglesia son repetidas a diario por millones de personas-
Algunas lo hacen porque es un mandamiento, otras porque socialmente esta bien visto como una forma de entretenerse de las llamadas “personas decentes”. ¿Pero y lo importante?

El deseo de comunicarse con el Padre Celestial, ¿Qué queda de eso?

Si no hay nada de eso mejor callad porque todavía no habéis entendido que Dios y los hombres tienen un lazo especial. Un lazo de amor que les lleva a esa necesidad de la misma manera que las manos, inconscientemente, de dos enamorados se buscan para entrelazarse. El Orar implica Sentir a Dios.

Uno puede encadenar padrenuestros, avemarias, salves…etc., durante largos periodos de tiempo como si de un sacrificio ritual y mágico se tratara y permanecer lejos, muy lejos de Dios.

Recordad no recéis, Orad… Salid al encuentro de Dios. Volved a lo esencial. COMTEMPLAD a Cristo en vuestros soliloquios. Dios está ahí para vosotros por los siglos de los siglos. Amén.


Luis de Canaán y del Monte Carmelo.