Luz de mis noches

Dedicado a la R.M.Elisa de la Stma. Trinidad
Priora, por muchos años, del Mnstrio. de Sta.
María del Corpus Christi.
(Madre, recítaselo a Ntro. Señor con tu pandereta)

Era noche de luna callada.
Noche de prisas y ajetreos,
Noche de, a las puertas, llamadas.
Noche de cancelas echadas.

Noche de José; esperada y desesperada.
Noche de padre en pos de cobijo angustiada.
Noche de hoquedades en la piedra labrada.
Guarida de Mansos y de aperos de Labranza.

Noche que se hizo día por una estrella incendiaria
que cual Zarza Ardiente,
hizo brillar a Bethlem: La pequeña,
La Olvidada.
De luces de ángeles impostada
que alegres juegan y cantan Salmos y Alabanzas.
Con el tintineo de las estrellas,
cual carillón,
un Gloria que despierta Almas
y en los hombres Vigilias causan.

Luces de niños que a un niño cantan.
Abre los ojos Amado mio
que este mundo de tu resplandeciente mirada
está falta.
Abre tu corazón cariño
que como piedras los hombres
el suyo gastan.
Sálvanos de nosotros,
ábrenos del Jardín del Edén
sus olvidadas puertas.
Que tu sonrisa tiene la llave
de La luz que aparta las Tinieblas.

Amaneció en Bethlem
siendo de tinieblas, noche oscura y cerrada.

CONSAGRACIÓN A LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE MARÍA

"Declaramos, pronunciamos y definimos que la doctrina que sostiene que

la Santísima Virgen María, en el primer instante de su concepción, fue

por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente en previsión de

los méritos de Cristo Jesús, Salvador del genero humano, preservada

inmune de toda mancha de culpa original, ha sido revelada por Dios,

por tanto, debe ser firme y constantemente creída por todos los

fieles."

Dogma proclamado por el Papa Pío IX, el 8 de diciembre de 1854, en la

Bula Ineffabilis Deus.






Madre preciosa del Cielo.

En este día de Celebración, de tu Purísima Concepción,

quisiera Consagrar a Tu Maternal Protección a todos

Aquellos No Natos que ven amenazada su vida por la Hiprocresía

y la Heregía.

Protegeles desde el Seno Materno con el Amor de tu Imcaculado


Corazón.

Y ruega, Madre Misericordiosa a Tu Sagrado Esposo que ilumine

a todas las madres en trance de caer en la tentación.

Pues no hay mayor pecado contra la libertad que impedir la

existencia de aquellos que algún día usaran este derecho.

Te lo pedimos por Jesucristo, Fruto Bendito de Tu Vientre y

Señor de todo lo creado.


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