“… ¿Qué haces, Elías? dice el Señor. El Profeta le responde: Ardo de celo por Vos, Señor, Dios de los ejércitos, porque los hijos de Israel han abandonado vuestra alianza, han destruido vuestros altares. (3Re, 19,13-15)”
Hace algunos días asistimos al triste espectáculo dado por el Tribunal de los Derechos Humanos de Estrasburgo. Esta institución volvió a confundir la “ACONFESIONALIDAD DE UN ESTADO CON EL LAICISMO”, o lo que es peor con la educación en el Ateísmo.
Es un derecho INALIENABLE E INQUEBRANTABLE el creer o no creer. Aunque parece ser que los que no creen armados de una mala enjundia se pasean por los Tribunales Nacionales e Internacionales pretendiendo que estos declaren el ATEISMO O EL AGNOSTICISMO como religión oficial del siglo XXI.
Hace tiempo, cuando yo era joven existía un hermoso poster con la cara de Cristo y una elocuente frase: “Que tendrá este muerto que a tantos vivos preocupa”. Aún hoy esta cita tiene su plena vigencia. Por qué digo yo, al no creyente que le importa que existan símbolos de los que si creen (independientemente de su confesión religiosa). Retomando el tema, como veis el término confesión religiosa hace referencia al rito religioso en el cual se cree. Luego un Estado ACONFESIONAL, es aquel que en aras del respeto a la libertad no asume como tal ninguna creencia en especial. Ni tan siquiera el LAICISMO, ATEISMO O AGNOSTICISMO como quieran llamarlo pues al fin y al cabo es la negación de una existencia y de una relación entre el hombre y un Ser Divino y Superior.
El verdadero DEMOCRATA se da a conocer por la defensa del hecho indiscutible del derecho a DISCREPAR de todos los hombres. Y no intenta censurar, coartar e invalidar la creencia de los demás. De la batalla dialéctica nace sin lugar a dudas las posturas más próximas a la VERDAD ABSOLUTA.
¿Qué puede tener de ofensivo un crucifijo, una media luna, una estrella de seis puntas? Para aquellos que vivimos la pluralidad: NADA EN ABSOLUTO. Tan solo para los TIRANOS Y ESTRECHOS DE MENTE un símbolo es un peligro para su integridad moral. Por dos razones esenciales: 1ª- No están lo suficientemente convencidos de su verdad, y en 2º lugar sufren una especie de paranoia con rasgos de superioridad que les lleva a pensar que aquello es una agresión directa contra ellos.
Lo triste del caso es que un Tribunal les dé la razón. Con tan solo el argumento legal de que hay ciertas cosas que ya están pasadas de moda. Puesto que si no existe lesividad, sino pluralidad. No hay intolerancia, sino acogimiento de todo aquello que pueda proceder del entendimiento humano, ¿dónde está el delito?
Que será lo próximo que los demócratas tengamos que renunciar; la ristra de ajos, la cubertería de plata, los abetos navideños.
En fin: ¿Donde estarán los juicios del Rey Salomón? Y ¿donde los derechos de los alumnos del resto del colegio a los cuales no les parece ofensivo dos listones cruzados? Luego se quejan de las cruzadas cristianas. Por si acaso deciros que uno no está dispuesto a que le destierren a las catacumbas. ¡Venga a nosotros Tu Reino!
Luis de Cannán y Monte Carmelo
