REINA DEL MONTE CARMELO

jueves, 12 de marzo de 2009

DIÁLOGOS DEL CRISTO DE LOS DESCALZOS



Dime tú que me rondas
Las entrañas vestido de filaterías de saco y arpillera.
Calzado de tambores y cornetas,
¿A quién adoras agarrado a esa trabajadera?
¿a las doradas y argén ticas ornamentaciones?
¿A los brocados aterciopelados con los que crees que me (agasajas?
¡Que errado andas de fastos y cabalgatas!
Me das el oro que El Padre creo
como si fueses dueño y no un mero arrendatario.
¿Quién vino a lo que de mi propiedad ya era?
Si quieres darme algo
Deja esa viga que te venda los ojos,
Y Acompáñame al calvario.
Que tu paso lo acompañen los insultos
Y el ritmo de los latigazos.
¡Que no soy Señor de fiestas paganas!
Que Soy el Cristo de los Descalzos.
Aquel que te cedió su anillo y su manto
Cuando, humillado, volviste a casa
Habiendo despilfarrado la herencia que el Padre
puso en tus manos.
No vengas a comprarme con baratijas mundanas.
Deja de pensar como el prodigo hermano.
Tuve que llenar mis sandalias
del polvo amargo que te atrajo.
Para encontrarte me perdí
Entre ambiciones, traiciones y desengaños.
Sólo el deseo de encontrarte,
Mantuvieron mis rodillas firmes ante el cadalso.
Deja esa carga ficticia,
y sube conmigo al Calvario.
Que allí, solo, cansado
te estoy esperando.
Fúndete en un abrazo,
Te lo pide tu Hermano
El Cristo de los Descalzos.