Como un solitaria playa,
mi vista se vuelve
en busca de la espuma de tus Aguas.
Por más que busco
no hallo el eco de Tu Presencia.
Tan solo veo, admirado,
unas huellas que el mar de la vida, empecinado,
se obstina en apartar de la playa.
Más conozco tu Presencia y Estancia
por el aroma empapado
a salitre del que me alimentas.
Sed escondida del desierto de mi búsqueda.
Tu silencio escondido te manifiesta.
No hay apariencia material.
Si sentimiento de existencia.
Saber que estas detrás,
acogiendome en cunas con algas trenzadas.
Por eso hoy te canto;
Excelsa Dama del Silencio que Guarda.
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